El sexo en esta situación de enferma me hace sentir como presa fácil de mi hombre. Me dejo llevar por lo que él quiera.
Necesito que agarre su verga bien tiesa y me la meta despacito, con la cabeza entrando y saliendo para excitarme más, con ese sonido tan chistoso que produce la lubricación y "el chupar" la vulva al glande.
Me siento como un perro que se echa y le muestra la panza al atacante para decirle "aquí estoy", no me lastimes.
Necesito que después de que eyacules, en la posición de gato (o perrito, o chivo al precipicio) agarres tu miembro y me pegues en las nalgas, dibujando con tu tinta blanca lo que quieras. Qué cuadro tan obsceno.
Después te diré "déjala descansar" y tú harás de la raya de mis nalgas un silloncito para que ahí recuestes ese pedazo de carne.
... y así solamente podré olvidarme un rato de este ardor de estómago, dragón dentro llamado gastritis.
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1 comentario:
siento mucho lo de tu gastritis... pero aun asi tus relatos son espectaculares, soy un lector asiduo de tu blog
me gusta
es algo muy fresco y calido a la vez, me parece que no te esfuerzas en inventar cosas simplemente asi eres eso es lo llamativo de ti
jmgracia_2@hotmail
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