Ayer olvidé el sexo. Olvidé que tengo una cueva caliente que pide ser llenada.
Tomé mi trapo viejo, mi botella de pinol y comencé a limpiar.
Hice dos cajitas de acrílico para ordenar bonito, tiré lo viejo y lo polvoso. Separé lo útil para regalarlo en delgadas bolsas de tela.
Mis cabellos, de tanto polvo, parecen telas de araña engrosadas por la mugre.
Cuerpo Cansado = Casa Nueva.
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