miércoles, 23 de febrero de 2011

quiero coger

Llegué a abrazarte mientras estabas acostado y te dije que estaba caliente. Ahí me mandaste al carajo diciendo que ya era tarde, que la computadora me hiciera el favor.
Entonces te comencé a manosear diciéndote que lo que quería era verga. Supongo que entonces sonreíste porque sentí tus mejillas hacerse hacia arriba. Te dije que te la iba a parar y comencé a jugarte el pene. De arriba a abajo, de punta a base. Se comenzó a lubricar y me dijiste que estabas cansado. Te jalé la cadera mencionando que te arrimaras. Lo hiciste.

Entonces, me monté en tus carnes y me ensarté de forma tan fácil como cuchillo y mantequilla. Me pusiste de lado y me la seguiste metiendo cuando yo te decía que era tu puta, me arrimabas tu pubis. Trátame como eso, pitudo, como tu puta.

Llegué. Sabroso, ricote.

Me hice a un lado dispuesta a descansar, cuando retomaste el coito.
Entonces te dije que ahora era tu niña, tu chiquita, tu princesa. Que era solamente tuya. Con manoseos me llevaste a la orilla de la cama y me cogías de gato.
Miau.
Tus brazos se enredaban entre mi tórax pellizcando mis pezones, extendiste las manos hacia mi cuello y comenzaste a asfixiarme mientras con la otra mano me jalabas del cabello. Y tu verga, qué rica verga que empujabas más fuerte.

Como queriendo romperme,
como desquitando toda tus ansias de éxtasis.

No hay comentarios: