sábado, 6 de diciembre de 2008

Prometo enamorarme

Prometo enamorarme.
De ti, eternamente.
Escuchar tus quejas, tus reclamos, soñar tus sueños.
Ver a través de tus ojos que me hicieron quererte.
Desear tener tu cuerpo cerca, imperfecto como el mío.
Abrazarte esa panza, tratar de besar tu nuca aunque me rechaces.
Ver cómo tus manos se vuelven ásperas y seguir acariciándolas.
Dejar que llegues al orgasmo aunque yo no.
Enojarme cuando alejes esas canas de ti.
Rogarte siempre que pienses que tienes la razón.
Entregarme a ti, en pensamiento y carne.
Porque te he hecho la promesa de quedarme contigo, y de no intentar suicidarme de nuevo, porque te has vuelto mi guardián y mi cruz, mi protector y protegido.
Porque tú eres ahora más que tú, eres mi vida, mi todo.
Feliz cumpleaños, mi hermoso macho.
Te amo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Besos de espinitas de chayote.

En la madrugada, sentí unos labios arrastrándose de mis comisuras de la boca hacia mi barbilla. Un cuerpo encimado, grande, sus manos torpes de sueño queriéndose apoderar de mis pechos.

Restregabas tus mejillas en mi mentón, acompañándolos de pequeños sonidos "smack", eran los besos del preámbulo al coito.

Los besos de la ternura, las caricias labiales, de barba de 2 días, cortas pero firmes espinitas de chayote.

~ ailoviu somoch, darling.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Hace frío

Por pararme al baño sin calzones me dio tremenda tos. Tos de mañana, tos de día, tos de noche.
Una de las madrugadas en que te me subiste abriéndome las piernas, justo cuando ya ibas a sacar todo tu oloroso semen, tosí, con tal fuerza que un chisguete de orina se me salió y mojé la cama.
Y ahí acabó el encanto.

Hace frío... brrrr, abrázame nadamás, mientras se me pasa la comezón de los pulmones.

- - -

Dices que cuando toso y tú estás dentro aprieto más?

- - -

martes, 11 de noviembre de 2008

La imagen del día.

Siempre que te levantas de la cama para ir al baño, aunque sea adormilada, descubro mis nalgas sacándolas de la cobija y diciéndote... "mira... (volteas y ves mi cola parada, de lado) mira, una bella postal". Entonces sonríes y dices... "ah, qué cosas, no?" y justamente ahí es cuando te regresas tantito a darme una mordida o una nalgada que me hace el día...

Vestida de negro.

Corté la larga tela. Aproximadamente 5 metros de negro color en mis manos. Cogí las tijeras y comencé a dividirla, despacio, sin saña. Acaricié sus hilos enfiladitos, cogí la máquina y comencé a darle forma. Una vez terminado, lo puse sobre mi cuerpo. Mis pechos se entallaban y dejaban ver el pezón de cada uno de ellos, sin sentir frío, sólo con el roce de las fibras.

Alcé las manos levantándome el cabello, el escote de la espalda dejaba ver mi piel blanca. Mi cabello lacio quería resbalarse de mis dedos...

Hice una mueca porque tus ojos estaban lejos de mi. Me acerqué a donde estabas sentado, alcé un hombro coqueteándote, sonriéndote me aproximé más, alcé mi prenda y encerré tu cabeza, para sentir entonces un jalón sobre mi pezón izquierdo, luego coloqué tu nariz entre mis pechos y dijiste tu frase.... "chichonadas de placer".

(...)

miércoles, 20 de agosto de 2008

Psiquiátrico.

Ayer fui a consulta. Realmente tenía muy pocas ganas de ir, pero estos últimos cuatro días me había sentido mal. Otra vez comencé a sentirme triste, a llorar, a desesperarme por todo.

Llegué. Dí mi carnet de citas, me dijeron que pagara en caja y después que regresara a pesarme.

El policía que cobra no estaba en caja, así que a esperar. Ya estaba muy aburrida y con mucho sueño, me puse a platicar para pasar el tiempo, comencé a hacer plática con una señora que se sentó a mi lado y me cuenta que su hijo está mal, que pasaron 7 horas de viaje para llegar al hospital, que son de una población cercana a la costa, que no tenían para el hospedaje, que las medicinas están muy caras, etc. Le pregunté a la señora si no las podía comprar en medicamentos similares, a lo que ella contestó "ya he sufrido mucho con este chamaco, esas medicinas no me dan confianza, no quiero que recaiga". Su cara se veía agobiada, una señora de aproximadamente 50 años, con arrugas alrededor de sus ojos, ya cansada. Estuve a punto de ofrecerle mi casa para darle hospedaje y comida, cuando se me ocurrió preguntarle cuál era la enfermedad de su hijo. Volteó a mirarme y con sus ojos chiquitos, con voz de resignación me dijo "psicosis". "Agarra el cuchillo, machete, quiere matar".

Ahí fue cuando me arrepentí de mis deseos de ayuda. Y pensé que era una suerte que mi padecimiento no fuera tan grave.

- - -

La llamaron a consulta y se fue, mientras hacía plática con otra señora, madre de otro muchachito. Ella me cuenta que son de la sierra, que su hijo tocaba el clarinete pero que ya no. Quedó mal de la cabeza la vez que el encargado de abrir la escuela para que ellos entraran a ensayar no llegaba, él decidió saltarse la barda para abrir, pero resbaló y cayó de una altura de cinco metros. La señora dice que son campesinos, pero que ya vendieron parte de sus terrenos para mantener tranquilo a su hijo, que las medicinas son caras, que no tienen dinero, que la vez anterior que vino al hospital "salió hombre, agarró a mi, una mujer me sacó monedero y robaron". ¿Cómo le hizo para regresarse? "entré llorando hospital, enfermeras cooperan dinero y yo fui sin medicinas".

Eso es tener muy poca madre, robarle a la madre de un enfermo sin saber su historia. Este niño de 18 años se rie solito, murmura palabras, mira fijamente, es un niño de 1.70 con edad mental de 5... y nació bien, fue bien parido y un accidente lo deja mal.

La llaman en el consultorio 1 y me deja sola...

(Ahora que ya pagué, me siento enfrente del consultorio 2)

...

lunes, 11 de agosto de 2008

tarde creativa.















O tarde de ocio?

Bueno, no tenía más que hacer que buscar algo para armar. Hice esto, no es la gran maravilla y tampoco es original, ya hay muchos "pastos negros" con "atardeceres verdes".

Sólo que en vez de árbol le puse un robot que me buscaba. Esto me hace recordar aquellas veces que juntaba dinero para comprarme las ediciones de la "heavy metal" (que no es de música, sino un cómic) que llegaba de repente al puesto de revistas.

Esos cómics eróticos donde venían las mujeres teniendo placer con robots, o los hombres con máquinas especializadas... entre mundos fusionados con lo antiguo y lo futuro...

Aquí lo dejo, por si les gusta, si no, ni modo. Me conformo con tenerlo en mi escritorio.

lunes, 4 de agosto de 2008

Me bañé.

Me bañé casi al medio día, en la casa de tu madre mientras fuiste a la tienda por jugos y cacahuates. Bajé aún mojada, no le pedí toalla a mi suegrita porque no quería molestarla, descalza, con frío. Me había puesto la blusita azul brillosa que me hice en casa de ella, al verme, dijiste "y ahora, porqué vestida así y yo tan fachoso?"

Me ofrecí a bañarte, te dije que te iba a tallar tus "cositas" y tu espalda, tu madre nadamás se rió. Dijiste que tenías flojera y mejor me llamaste para que me fuera a acomodar en el sillón de la sala, para después quedarnos dormidos.

- - -

Después de una siestecita me desperté y no estabas... me dijo ella que te habías ido al carro y que ya tenían rato queriéndome levantar. Salí como zombie y nos fuimos a la casa.

- - -

Llegamos, no había ni un alma, ni mi hermana, ni mi sobrina, nadie.
Me metí otra vez a la cama para seguir durmiendo y después de 5 minutos, dije "porqué chingados no? si estamos solos...."

- * - * - * -

-Ven... quiero que me hagas un favor.
-Cuál (dijiste mientras te jalaba hacia la cama)
-Pero me lo haces
-Dime qué
-Chúpamela. La tengo limpia, un ratito nadamás.

- * - * - * -

Me abrí de piernas y como no tenía calzones debajo de la falda, no había que esperar... ahí la tenías, frente a ti, con los vellos rasurados, un poco húmeda.

Comenzaste a chuparme, aplastando el clítoris y luego moviéndote hacia los lados. Dejabas de hacerlo sólo para mojarte el dedo e introducírmelo en la vagina, luego seguías chupando... casi llegaba cuando te dije: "Ven, méteme la verga", busqué en tu pantalón y ya estaba bien dura, te desabroché y te la agarré, te volví a insistir "métemela".

Te subiste, me abriste más y sentí tu piercing frío repegarse en mi vulva. Luego me la dejaste caer mientras te rozaba la espalda (excepto con mi dedito cortado, que aún me duele).

Me cogiste tan sabroso que rápido llegué y te dejé descansar encima de mi. Luego buscaste con qué limpiarte y me diste besitos, mientras sonreíamos.

- * - * - * -

Me dejaste tan energizada, pitudote, que el sueño se fue y "en agradecimiento" saqué tu bola de pantalones sucios y me puse a lavarlos...

- * - * - * -

Qué bueno que me lavé bien el chocho, las relamidas casi casi eran complemento de la limpieza...

- * - * - * -

aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh !!

sábado, 12 de julio de 2008

El mañanero suyo.

Me di cuenta entre sueños que tu me estabas cachondeando un pezón. Luego cogías con tu mano lo más que podías de mi chiche derecha. Yo estaba dándote la espalda y paré el culo.
Comenzaste a empujarme con tu cadera. Entreabrí los ojos y vi tu cabello desordenado y tus párpados de gato perezoso.

Sin decir palabra, me abriste las piernas con tus rodillas y te encimaste, vacilando un poco en entrar, y tal vez un poco torpe para encontrar mi hueco.

Me penetraste y dejaste caer tu peso sobre mi. No podía respirar bien pero no quise decirte que te quitaras para no romper tu concentración.

Sentí tu piel tan suavecita que olvidé que tenías granitos en la espalda. Trataba de alcanzar tus nalgas, pero tus movimientos y tu peso no me lo permitían.

Comenzaste a moverte más rápido mientras me pellizcabas los pezones y de repente sentí esos segundos de extrema dureza que indican que vas a llegar.

Moví mis caderas hacia los lados y hacia arriba tratando de ayudarte a alcanzar tu orgasmo, llegaste y vi tu cabello hacia la cara, revuelto, te di unos besos y volviste a dormir antes de ir al trabajo.

Volviste a tomar la posición de sillita y nos quedamos queditos, esperando que la mañana terminara de llegar.

viernes, 11 de julio de 2008

El mañanero mío

Quedé de darte una buena mamada, pero por la noche me puse a jugar en la red y te dormiste antes que yo.
Sólo decías: "María, vente a dormir".

Me fui a acostar a tu lado y le di un besito a tu glande, entonces vi que no despertabas y me acurruqué en tus brazotes.

-

Amaneció. Me paré a revisar si había bajado completo el disco que quería y por el cual dejé la compu toda la noche prendida. Fui al baño, y medio adormilada, hice a un lado el pabellón para volver a acostarme.
Jalé la cobija y te destapé. Ahí estaba.
Ese pene tan carnoso, rico... lo quise sentir en mi boca y le comencé a dar besos en el glande mientras el reloj del noticiero marcaba 6:12 a.m.
Le di una y otra chupada a la cabeza hasta que me di cuenta que no ibas a despertarte, y que ni siquiera hacías mueca alguna de sentir el placer.
Me coloqué de nuevo a tu lado y me tapé, dándote la espalda.

-

Entonces reaccionaste, sin cambiar tu posición, simplemente diciendo "no que me ibas a dar una supermamada" y yo te dije "si ya hasta amaneció".
-¿y qué? ¿ya no me la vas a dar?
-Ni siquiera te moviste, sáquese...

No respondiste, sólo jalaste mi cabeza hacia tu verga y la colocaste en mis labios. Comencé a chuparla de nuevo, succionando, jalando, tocándola con la lengua, sacándola y metiéndola de la boca, tratando de apretar lo más que podía, entonces ví que tus piernas se contraían e imaginé tus nalgas apretándose para empujar más tu pubis.
Acaricié tus testículos y comencé a mamarla más rápido... entonces te jalé y te dije que me la metieras... alcé mis piernas abrazando tu cintura con ellas y acaricié tu espalda...

-
Algo sucedió que estabas demasiado duro pero no querías - o no podías - llegar. Yo tuve dos orgamos y cuando te dije que si ibas a llegar, me dijiste "yo así estoy bien, chiquita".

Me acurruqué de nuevo un poco frustrada porque sólo yo gocé, pero mi vagina estaba satisfecha y dejó de tener espasmos.

-
Después te preparé algo de comer para tu trabajo y nos despedimos como siempre, con un besito de pico.
-
Te quiero, pitudo. Y también a tu pene.

viernes, 20 de junio de 2008

Después del piercing.

Alrededor de las tres de la tarde le mandé un mensaje "quero xhupar" decía. El me dijo que estaba bien, y bromeó un poco en su respuesta vía celular.

Le indiqué dónde me tenía que recoger y estuvimos ahí un rato, platicando y descansando. Vi que bostezó y sus ojos se pusieron levemente rojos. Mucho trabajo, amore.

Llegamos a la casa y me cambié de ropa, le dije que quería ponerme algo más cómodo mientras le enseñaba el pubis, con pelos demasiado cortitos después de rasurármelos hace días. El veía mis piernas y yo me volteaba para alzarme la falda y decirle "mira, se cayó esto, voy a recogerlo", con la intención de que me viera las nalgas., me agachaba para provocar.

Me acosté sobre su almohada y le dije "me pica aquí" para que al voltear viera mis pezones duritos. Se ponía nervioso pero aún no se acercaba a verme. Lo mandé a la chingada diciéndole "bueno, ya me voy a dormir porque no me haces caso"

Entonces abrió la puerta y salió con una toalla.

- • -

Apagué la luz, me olvidé del metal y puse Hit the ground con lizz wright. El entró mojadito oliendo a jabón. Tomé su mano y lo jalé hacia el centro de la habitación para decirle "quédate quieto, haz de cuenta que estás amarrado". Y le alcé las manos poniéndolo en posición de Santo Cristo.
Acaricié con mis uñas sus brazos, mis labios le daban pequeños y lentos besos a su abdomen. Dijo que no quería cosquillas y yo contesté "está bien, lo que tú pidas".

Besé sus axilas mientras acariciaba sus nalgotas, las apreté, pellizqué, les pegué.

Me arrinconé entre sus testículos para darles mordiscos, tomé su pene y comencé a masturbarlo. Besé sus espinillas.

Me puse detrás de él y pedí su cuello. El se negó porque piensa que lo voy a marcar, pero no eran mis intenciones.

Besé sus nalgas, con el dedo meñique toqué su ano mientras le comenzaba a besar el glande. De vez en cuando abría los ojos para ver su cabeza hacia atrás, dejándose al estímulo.

Me moví de lugar de nuevo y tocando sus testículos, besé su pene y comencé a tocarme el clítoris, masturbándome para alcanzarlo.

El me arrimó hacia la cama y me recostó. Comenzó a tocarme los pechos y a lamerme los pezones, mientras teníamos un concierto personal con wrigth.

Mi cuerpo sentía sus lengüetazos descender hasta llegar a mi monte, ahí me abrió de piernas y comenzó a chuparme la vulva. Sentía su lengua de arriba hacia abajo y a los lados en movimientos más cortos.

Lado a lado su cabeza parecía una eterna negación, eso me ayudaba a mesurar mejor sus cabellos.

Le pedí que se detuviera, porque quería chupársela de nuevo, además de que casi me hace llegar. Le besé las pelotas y la verga. Trataba de aguantar el tenerla en la boca hasta el fondo para darle más placer, entonces cuando gemía le daba nalgadas.

Llegó el momento de pedirle que ya me la metiera y me paré por el condón. Abrí la bolsita y traté de colocárselo con la boca también, pero sabía feo y me limpié en sus vellos púbicos. Dejé que me montara despacito mientras me tocaba los senos, movía sus caderas, se contraían sus nalgas, acariciaba mis pezones, tocaba mi cara...

Sentí mucho calor cuando alcancé mi orgasmo, y él lo supo porque sus movimientos cambiaron a más espaciados pero más bruscos. Saqué el pene de mi vagina y lo dirigí hacia el ano diciéndole "con cuidado".

El anillo de su piercing está fatal, y tuve miedo de sentirlo en la orilla del hoyito, y casi grité cuando logró meterlo, pero me tranquilizó un poquito diciéndome "ya entró, chiquita"

Comencé a tocarme de nuevo el clítoris para alcanzar un segundo orgasmo y lo logré. Después él llegó depositando todo su semen en el preservativo, y al salirse yo sólo decía "duele, duele"... después del piercing ya no habíamos tenido sexo anal, y de nuevo fue tan sucio y excitante que terminamos abrazados y desnudos sobre la cama, dándonos de besos dulces, cursis y olorosos a látex.

Nos limpiamos cada quien sus propios miembros y nos echamos a dormir, tapaditos, abrazaditos y tan tranquilos después explotar sexualmente, hasta el siguiente día, donde cada quién toma su rol cotidiano.

lunes, 16 de junio de 2008

Estos pezones

No uso brassier desde hace mucho. 8 años aproximadamente de no picarme con las varillas y no sentir la terrible presión de los tirantes.

A veces cuando camino se me ponen duritos y se llegan a notar un poco bajo la blusa y el top que uso...

En cuanto siento esas cosquillitas de la ropa, mi vagina me pide alimentarse... cómo es sabio el cuerpo que una parte se conecta con la otra... maravilloso, no??

Aunque con besos en el cuello, con tocarme los labios, con morderme la oreja se me derrite todo el chocho... se derrite como mantequilla y permite la sensación punzante.

sábado, 14 de junio de 2008

Me enfermé.

El sexo en esta situación de enferma me hace sentir como presa fácil de mi hombre. Me dejo llevar por lo que él quiera.

Necesito que agarre su verga bien tiesa y me la meta despacito, con la cabeza entrando y saliendo para excitarme más, con ese sonido tan chistoso que produce la lubricación y "el chupar" la vulva al glande.

Me siento como un perro que se echa y le muestra la panza al atacante para decirle "aquí estoy", no me lastimes.

Necesito que después de que eyacules, en la posición de gato (o perrito, o chivo al precipicio) agarres tu miembro y me pegues en las nalgas, dibujando con tu tinta blanca lo que quieras. Qué cuadro tan obsceno.

Después te diré "déjala descansar" y tú harás de la raya de mis nalgas un silloncito para que ahí recuestes ese pedazo de carne.

... y así solamente podré olvidarme un rato de este ardor de estómago, dragón dentro llamado gastritis.
~

sábado, 31 de mayo de 2008

Me rasuré el chocho

Por el calor comencé a tener mucho flujo. No tiene mal olor, simplemente baja un líquido blanquito... total, que de lo mojado de mis vellos, se me comenzó a irritar el pubis y decidí rasurarme.

Tomé primero las tijeras, después me puse más jabón cremosito. Tenía tanto miedo de pasar el filoso rastrillo por mis genitales que hasta me daba gusto y emoción. Es una sensación combinada y posiblemente contradictoria de sensaciones.

Ahora cargo el chocho como vil lolita. Al ras.

Me erotiza pensar que ando pelona de ahí y me dan ganas de enseñarlo... pero me aguanto hasta que venga mi hombre y la irritación se me pase.

Hasta me dan ganas de tomarle fotos...

martes, 27 de mayo de 2008

Se me está olvidando

Esa historia en el hospital me cuesta un poco recordarla ahora... ya casi pasó un mes.

Salí el día 29 de abril para decirle a mi hermana: "feliz cumpleaños, vieja bruja"

Ahora estoy bien. A medida que tenga tiempo completaré mis vivencias en el psiquiátrico, por lo pronto, estoy tomando el medicamento que me dio el psiquiatra.

La más maravillosa cosa que me ha sucedido: la sertralina. Me despierto, me tomo la mitad del medicamento, se me quita el sueño, no tengo ideas suicidas, se me quita la angustia... hasta tengo energía para hacer mis trabajos.

. . .

Me quedé aproximadamente 15 días sin dinero porque los clientes se alejaron... pero ahora ya regresaron y el medicamento lo puedo comprar sin problema alguno.

. . .

Me siento bien.

viernes, 9 de mayo de 2008

Desperté el sábado.

Ya antes había sufrido de baja presión. Y la depresión también, pero no creí que fuera tan grave mi caso.

Recuerdo que tenía 17 cuando comencé a dormir a las 6 de la tarde y despertaba el siguiente día a la 1 p.m. Eso era un signo??
-
Era sábado. Abrí los ojos. Vi que estaba amarrada con una sábana en la cintura y no podía mantener los ojos abiertos.

Vi el techo. Vi unas lámparas, vi unas camas vacías. Ví árboles a través de las ventanas. Vi mi batita azul de hospital.

Comencé a desatarme. Me asomé al suelo y vi mis chanclitas negras. Bajé un pie. Mis ojos no me ayudaban. Me sentía mareada. Bajé el otro pie y al intentar bajarme de esas camas de hospital tan altas, me caí sobre la rodilla izquierda. Fue tanto el dolor que me quedé semi hincada un rato y después me apoyé en la orilla del colchón para subirme de nuevo a la cama.
-
Cuando logré despertarme un poco más, caminé lento y agarrándome de la pared. Vi que estaba una puerta grande, cerrada con llave y una mujer cuidando la puerta. Había una televisión apagada y unas bancas de cemento pegadas a la pared. Me senté ahí y traté de recordar algo. Pero nada pasó por mi cabeza.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Estuve en el psiquiátrico.

Fue jueves, por la noche, cuando me desesperé y dije que no podía más. Busqué entre mi desordenado cajón una caja de rivotril en gotas que tenía desde hace años.

Pensé que si era el momento adecuado. Algo me decía (no eran voces, era yo misma) que si lo iba a hacer después, porqué no apurarme.

Abrí el botecito y lo volteé para vaciarlo en el vaso. Era tan lento el caer de cada gota que me desesperé aún más y lo abrí totalmente para vaciarlo en un vaso con muy poca agua.

Le hablé a mamá y le dije que la quería. Le dije a All que no era por él, sino por mi, que no era por él, sino por mi, que no era por él sino por mi...

Entonces concluí la llamada y me tomé de un trago la medicina. No era amarga, pero tampoco agradable. Lo más feo del rivotril es el olor. Comencé a llorar más y pensé que ya era tiempo de descansar, que dormir sin despertar era lo que me ayudaría a no sentir más angustia, ni celos, ni cosa alguna de esas que ya no me dejaba vivir bien.

lunes, 31 de marzo de 2008

Porno Love

Después de acomodar el banco para que te sentaras frente a la computadora, acomodé una mesita para sentarme detrás de ti. Coménzó el Porno.

Esas imágenes de penes penetrando, de una mujer seduciendo a otra con su gran miembro me incitó a tocar tus testículos sobresalientes del pantalón.

Tu bulto comenzó a crecer y acariciaba el glande debajo de tus ropas. Besé tu cuello mientras la mano libre mesuraba tu cabello.

Te estremecías y te dije: te gusta?.
"Sí, chiquita".

Terminamos de ver ese capítulo y te llevé a la cama. Te acostaste sobre tu espalda dejando colgadas tus piernotas. Miré cómo se contraían tus testículos y te comencé a masturbar. La dureza iba apareciendo más, entonces te besé ese glande que tanto me gusta... besé tu piercing, tenía un sabor amargo, "ocre" dirían algunos autores para describirlo.

Papacito, te gusta? te la chupo más? apreté tu pene con mis labios y succioné mientras te jugaba el aro con la lengua. Después la metía y sacaba de la boca tratando de imitar a las imágenes porno del video.

Qué educativas resultan ser las escenas de otros cogiendo.

(...)

sábado, 29 de marzo de 2008

Mi viejo diario.


Esa pieza de papel encuadernado que encontré de oferta en una papelería.
De esas ofertas donde la oferta no es tal, sino sólo deshacerse de lo sucio, medio roto o manchado.
Ahí estaba.
Amarillento, maltratado, llamándome.

En realidad no era un diario, sino un cuaderno gordo para listas de contabilidad. Mas qué importaba. No tenía compañero y este podría ser mi confidente y cloaca donde vomitara todas mis asquerosidades.

Había fotos reveladas de cargas negativas, dibujos con tinta schiffer y acuarelas, frases que ya no recuerdo pero que se dedicaban a hombres que no existían.

En las eternas soledades de una mujer sin amor.

jueves, 27 de marzo de 2008

Arnulfo.

La casa de Arnulfo, siempre tenía árboles y gatos.

Gatos chiquitos, grandes, gordos, flacos, pero siempre había.

Él, el hermano mediano de los hijos de mi abuelo, jugaba con los mininos a aventarlos al árbol para que éstos "hicieran ejercicio", y se reía y su carita se emocionaba, se veía como niño, como cuando yo tenía 10 años y pensaba que ojalá mi papá sintiera no amor, sino simpatía siquiera por los mininos.

Recuerdo también que él nos dejó echarle "un bañito" al gato y cuando lo vimos todo temblorino, decidimos agarrar la toalla nueva de mi tía para cobijarlo, pero al ver que no se le quitaba el frío, prendimos la estufa y lo pasamos rapidito por la flama...

Cuando dijo su lastimero "miau" volteamos la mirada hacia su cara y sus bigotes se redujeron a hilos curvos y chiquitos, como achicharronados...

y no dejábamos de reir!

(es este un post feliz o de maldad infantil? ja ja)

lunes, 24 de marzo de 2008

Recordar es vivir?

De niña quería ser monja. Después cabaretera.

No, juro que no era por la vida sexual o erótica, mi pensamiento entonces de 7 años me decía que era por el glamour, los vestidos grandotes y las joyas que exhibían las coprotagonistas de los dramas de la época dorada del cine mexicano.

Entonces en el patio de mi abuela montaba mis piedras planas de modo que hacía un pequeño teatro. Ahí estaban mi muñeca tiesa, -no tenía movilidad ni en los ojos, caramba- mis dibujos y dos o tres muñequitos que guardaba con amor.

Mi prima me acompañaba a jugar. También mis hermanas... y entonces deseábamos que estuviera con nosotros un niño porque necesitábamos a alguien de papel de malo, o del pirata, o del héroe.

Mi papá casi no estaba, o estaba pero borracho descansando en la cama, viendo la televisión mientras mi mamá ponía cara de rabiosa por verlo de esa forma. Para ese entonces pensé que era mejor tenerlo así, idiotizado por el alcohol que tenerlo lejos.

Fue entonces que pensé que el hombre es algo maravilloso, tan diferente, tan complicado, tan hecho para amarlo. Y que mi mamá era una tonta por no querer a ese hombre tan ocurrente, y que yo, niña, jamás jamás quería tener una esposa.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Ya es tarde.

-Quieres coger o desayunar? - Te dije mientras me abría de piernas y te mostraba mi pubis peludo-.
- Mhh? - contestaste y pusiste cara de travieso.
-Tú dime.

Entonces te quedaste callado y te quitaste el pantalón. Siempre has sido tan hábil para hacerlo que cuando me doy cuenta, ya estás desnudo.
Tomaste tu pene ya erecto -también has sido muy hábil para estar excitado rapidísimo- y lo introdujiste en mi vagina, en una posición en la cual ambos estamos sentados de frente, paralelos nuestros troncos a las piernas. - Esta posición siempre me ha gustado porque me siento como los hindúes de las ilustraciones del Jardín Perfumado.

Me lastimaste un poquito, por lo cual te sugerí que mejor desayunaras, porque te sería más difícil pasar por algo de comer. Me abrazaste y nos levantamos, te preparé algo sencillo y conversamos.

Cuando regresamos a la habitación me abrazaste por detrás y yo saqué mis caderas hacia ti -en ese juego que tu pene es un gran imán. Me apretaste hacia tu sexo y te dije
-"No juegues con mis sentimientos"
a lo que tu contestaste, como siempre, con ese humor ácido:
-"En mi pueblo le decimos culo".

lunes, 17 de marzo de 2008

Mujer común y corriente

Ayer olvidé el sexo. Olvidé que tengo una cueva caliente que pide ser llenada.
Tomé mi trapo viejo, mi botella de pinol y comencé a limpiar.

Hice dos cajitas de acrílico para ordenar bonito, tiré lo viejo y lo polvoso. Separé lo útil para regalarlo en delgadas bolsas de tela.

Mis cabellos, de tanto polvo, parecen telas de araña engrosadas por la mugre.

Cuerpo Cansado = Casa Nueva.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Tengo fiebre.

Hoy estoy que me lleva. Tengo temperatura, dolor, mareo... me siento como si hubiera parido. Ay qué bárbaro. No me soporto, la cama me llama, el calor me invade.

Voy a descansar pensando en que las 7 inyecciones de bencilpenicilina procaínica con bencilpenicilina cristalina en suspensión inyectable de 800 000 Ui van a pasar pronto...

Hoy ya llevo 1. Espero no se complique de forma tal que tengan que cortarme con un frío bisturí.

lunes, 3 de marzo de 2008

Estos días rojos

Tengo demasiado dolor.
La espalda, la cabeza. No soporto el ruido.

Me desperté con un hilillo rojo manchando mi pierna. Asquito. Apenas me había bañado antes de dormir. Prepararé un baño tibio para limpiarme de nuevo.

Esos signos mensuales de ser mujer son lo más odioso que existe. Hace dos días comenzó, espero que hoy termine. Aunque el hombre nos diga "pobrecitas", "chiquitas" y nos abracen, nunca van a tener la molestia de sangrar por su sexo.

Este es uno más de los "placeres" de ser mujer.

Bien dicen que cuando Dios expulsó a la mujer del paraíso, le dijo a Eva que sangraría durante 10 años seguidos; entonces ella repeló y dijo "oye, es demasiado, no me puedes cambiar la tarifa", a lo que Dios, siempre bueno contestó... "está bien, te lo dejo en cómodas mensualidades".

Je, je!

viernes, 29 de febrero de 2008

Me matan

Esos celos son cabrones. Jijos de la chingada. No puedo irme y dejarte en la casa con mi hermana porque siento que ya te está haciendo suyo.

Por? no me lo explico, no lo entiendo. Será porque una vez no dejé que mi amigo fuera su novio? Mi hermana pide que yo busque entre los recuerdos para saber qué es lo que me mueve a pensar así. Hoy estuve llorando en la calle pensando en lo que haría al descubrirlos desnudos en mi cama.

Tú dices que ella no es como yo. Pero yo tengo dudas. Generalmente no chuleas a las mujeres de las cuales podría estar celosa... Malditos celos. Y yo sé que te perdonaría, pero también tengo orgullo y mucho más ego.

Qué hacer más que atormentarme, decir cosas que no me gustan y lastimarte, aunque después te hable con voz de mimos y me arrastre a tus pies...

lunes, 25 de febrero de 2008

Ese penesote.

Me gusta decir que tienes los huevos bien morados. Me gusta ese color para describir tu piel, en lo más oscuro de tu cuerpo.
Recuerdo que me lo copié de una película mexicana que se llama "santitos" cuando un hombre, "el diablo" le dice a la mujer que qué va a hacer metiéndose de puta, cuando tenga a un hombre con los huevos bien morados enfrente de ella....
Esa vez tú no estabas. Y el sólo escuchar la frase "los huevos bien morados" me excitó muchísimo que me fui a peinar el afro... ja ja! a discar el teléfono... bueno, a chaquetearme el clítoris pues. Meneándolo de un lado hacia otro, primero suavecito y luego bien apretado, con movimientos más cortos...
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Es esto lo que llaman la psicología del color???
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jueves, 21 de febrero de 2008

Me robaste un beso.

Fue en la noche, antes de despedirte que me diste un beso. Yo inocente puse la mejilla para decirnos adiós, pero tú te dirijiste a la boca.
Cuando te pregunté ¿qué fue eso?
Te quedaste mudo y mirándome.
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Entonces te dije: "ven acá"
y te besé lo más apasionada que quería, pero te había congelado mi pregunta y te quedaste como estatua.
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Estabas frío.
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Entonces pensé que había cometido un gran error. (Siempre presionando, marie).
-
Hoy, cumplimos 8 años de estar compartiendo la ternura y el sexo.
-
Te amo. Mi vida, mi señor.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Por detrás.

Justo ese día comencé a menstruar. Ese día en que viajaría a verte. Ya habían pasado dos semanas en que no había contacto físico alguno, y ya era necesario.
Al manchar mi pantalón, te envié un mensaje para avisarte lo que sucedía.

Tú, hermoso, me contestaste "sólo quiero verte, abrazarte, no necesariamente meterte la verga, aunque sí lo voy a hacer porque lo necesito".

Me dió tanta ternura escucharte que casi casi chillo de la emoción.
(...)
La espera del autobús: una eternidad. Viajar de ciudad en ciudad buscando a mi hombre. Nos íbamos a ver en el mismo hotel que hace dos años, claro, bajo diferentes condiciones.
No creí que nos tocara la misma habitación. Nerviosa por creer estar manchando mi pantalón de sangre, me revisaba a cada rato. Me sentía como el contenido de un cascabel, de un lado a otro con el vaivén del autobús. No tenía control de mis movimientos debido a la velocidad del vehículo.
Orinar en estas condiciones es un martirio. Me hacían falta en estos momentos unos de esos inventos frikis para que las mujeres orinemos paradas.

El autobús avanzó lo más que recuerdo. En cuanto tuve señal en el celular, comenzamos a mensajearnos. Que te extraño, que estoy nerviosa, que ya voy para allá, que estamos cerca, que te quiero abrazar mucho mucho...

En la terminal, pedimos un taxi. Lo abordamos, nos miramos y sonreimos. Nos tomamos de la mano.
"Al Hotel por favor, en la calle del centro, parte norte"
Nos bajamos, cargas la maleta. Pedimos la llave. Abrimos la puerta. Entramos. Estiro los brazos, me recibes, me apapachas. Me dices que el baño huele feo, que tenga cuidado con la ventana, que no la deje abierta. Que prenda la tele si quiero.
(Ya sabes que no me voy a la cama a oscuras, porque me da miedo.)

Te metes a bañar. Me acomodo en la cama, con calzon puesto, sin brasier, con una playera corta, negra para nuestro gusto. Sales del baño y te muestras mojado, con gotitas diminutas que aperlan esa piel morena. Son como joyas adornando tu masculinidad.

Me robas una sonrisa que parece mueca. Estoy embelezada porque otra vez vamos a dormir juntos. Prometes no tocarme porque no queremos hacer un desastre en rojo (pinche menstruación, me choca, qué jodidos días pasamos las mujeres).

Siempre juegas a que te dé el culo. Yo juego a decirte que no porque duele y me descompone la panza.

Ay! quieres que te abrace y acaricio lentamente tu espalda. Esos pechos como gacelas (ja! me copié de la biblia)

No puedo esperar más, cógeme, cógeme culo que sea!!!
méteme la verga, papacito, despacio, chiquito, bonito, no me lastimes... (al principio, aunque casi al final de la sesión me arda y te pida que me rompas el culo!!)

Llega afuera amor, así, sigue, ah... lo siento... con cuidado... sí... me estoy apretando los pezones, no alcanzo a tocarte, te tomo de las manos por lo menos para apretarte... ah... estoy llegando... te veo llegar, ah... esas manos tan duras... chaqueteando el pene... ah... qué rica tu leche...

Ven. Te abrazo. Te beso la frente.

¿Ya te he dicho que eres mi todo?

Mi hermoso pitudo

Amo tu pene.
Me has dado de todo, por todos lados.
Me has dado tu leche, amarga, espesa, explosiva.

Después de la eyaculación, cuando se vuelve completamente inofensiva,
me dejas jugar esa carne que tanto placer me regala.

Estoy a tus pies, papacito.

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Me gusta ver tu verga desinfladita, recostada sobre tu vientre, como un arbolito tumbado por x causa. Me gusta jugártela y jalarle el cuero, los pelos y las pelotas. Me gusta sentirla en la palma de la mano mientras mordisqueo tu espalda. Me gusta tocarla mientras juego esas nalgas, mientras acaricio tu panza y te digo que eres mi todo.

sábado, 9 de febrero de 2008

No estás.

Te fuiste por la mañana sin avisar. Me has dejado con la histeria de saber qué pasó. El buzón de voz se hace odioso, insoportable sonido.
No puedo marcarte, esperaré a que tú me llames y me devuelvas la sonrisa.
Es tarde para pedir disculpas?
Amor... espero impaciente el atardecer.

jueves, 7 de febrero de 2008

Tus ojos.

No había mucho alrededor. La vía, tu plática tan lenta, tan queda; nuestros pies colgando del borde de la jardinera de cemento de ese árbol gordo que ya había levantado la banqueta.
El señor de la tienda de enfrente nos miraba feo porque ese pedacito de "jardín" lo cultivaba él para que los que cheleaban en su tienda, se sentaran ahí. Y nosotros solamente nos comprábamos unos frikos de colores.

Tu plática, la verdad me estaba siendo indiferente. No sé porqué me distraje que de repente solamente escuchaba unas pocas cosas de las que me contabas. No era tarde como los otros días. Era sábado, por eso salí temprano del trabajo y estaba muy claro aún.

Estaba a punto de decirte que ya me tenía que ir a la casa porque mi papá posiblemente ya estaría en camino, cuando volteé a verte, tratando de disimular mi enfado, me miraste directo a los ojos (aquí sucedió eso de las cursilerías de "te vi, me viste, nos vimos"), y pude notar que eras diferente, especial. Cabrón, creo que ahí me enamoré de ti. Tú me habías resultado agradable, pero no me gustabas. Ese día tus ojazos me dijeron que te quería para mi.

El brasier y la pena.

Fuimos a casa de Tima, pedimos hospedaje avisando que estaríamos ocupados toda la noche. Tima nos dejó su habitación e indicó que iba a salir. Nos quedamos un ratote platicando, jugando con las cosas que sucedieron. Que si nos extrañamos, que si nos bromeamos...
Llegó el momento de la pasión. Al estar juntos, de repente dándonos besos, comenzamos a acariciarnos despacito.
Obviamente subieron de intensidad esas muestras de cariño y me hacías la blusa hacia arriba... yo estaba consciente de que era viernes y que cargaba el único brasier que tenía (un poco cochino, porque no me dió tiempo de lavarlo, je je). Normalmente prefería andar con los pechos libres, pero este día hice ejercicio y tenía que sujetarlos de forma alguna.
Me fui hacia un extremo oscuro de la habitación. Y me dijiste que prendiera la luz. Te dije que no.
-¿porqué?
-Nada.
-¿qué pasa?
-Nada.
-Dime.
-En serio, no pasa nada.

Obviamente no te iba a confesar que mi único brasier ocupado el día miércoles lo volvía a ocupar ese día viernes, y que no me había dado tiempo de lavarlo por el trabajo, que olía a chivo, que estaba sucio de sudor y demás cochineros.
En esa etapa de novios aún no me sentía con la suficiente confianza como para decirte ese tipo de intimidades, me podías ver el chocho, meterte, cogerme. Pero esas confesiones de "mi brasier está asqueroso" aún no.
Fue el mismo circo para ponérmelo. A fuerza querías ver lo que traía, pero me escapé al baño en uno de tus descansos y nos fuimos de la casa de Tima, agradeciendo la hospitalidad.
Tú a tu casa, y yo al trabajo.
Beso de pico para despedirse y un abrazo.

miércoles, 6 de febrero de 2008

La Cita.

Dijiste que pasarías a verme el viernes por la noche. Estuve esperando con emoción la hora de la salida. Llamaste de repente y me avisas que no vas a poder ir porque tu amigo Koma te invitó a tomar unas frías. Carajo. Ya habíamos quedado.
Es menos la calentura que tu addicción? No vayas a resultar como otro Rona cualquiera. Eso no. Ni madres lo soportaría, te irías al carajo ipso facto. Me enfado contigo obviamente y te digo que te vayas con tu amigo y me dejes en paz, entonces. Me dices que quieres verme al siguiente día. De castigo te digo que pases por mi, a la casa, muy temprano, creo que a las 8:00 te dije, suficiente castigo hacer que un hombre crudo se levante temprano. No me importa. Es como una prueba que tienes que aprobar para seguir juntos.
De todas formas qué tanto son unas semanas? es menor el coste que haber dejado pasar más tiempo, aunque los sentimientos que se implican ya van fluyendo, asomándose sin que pueda evitarlo.
Mi enfado es más de ir sola al lugar donde posiblemente me den trabajo, que el hecho de que tu amigo me haya robado a mi novio por un noche. Maldigo a tu amigo, bueno, no tanto, lo "pincheo" nadamás.
Voy al otro lugar y me dicen que está todo bien conmigo, y que soy bienvenida. Bueno, entonces entro, aproximadamente un 9 de febrero de hace 8 años.

Me sorprendió escuchar ladrar a los perros. Ya hasta se me había olvidado que llegarías. Ahí estabas, fuera, con las manos dentro de los bolsillos, con tu cabello hacia atrás, como siempre, casi pulcro. Te hice seña que esperaras. Castigo, castigo.
Salgo al fin y te recibo fingiendo mala gana. Ni rastro de aliento a cerveza, te has bañado por lo que veo.

Quiero verte

Quiero verte, profanar tu casa. Llenar tu cama de suspiros.
Quiero sentir esos ojos cerrados, imaginar las manos que recorren mis pezones. Chúpalos. Son tuyos.
Siente mis piernas, la posición de cucharita mientras me das tu abrazo es bienvenida. Soy tuya, amor. Siempre tuya, tu Marie. tutta la vita.

La vía del Tren.

Siempre que ibas por mi, solamente me tomabas de la mano. Era por la timidez con la que nos acercamos, pero esa noche te conté que tenía un tatuaje en una parte muy deliciosa de mi cuerpo. Comenzaste a preguntar quién lo hizo, cómo fue, si había dolido... Yo siempre contándote los detalles hasta "que sacó un guante, blanco, se puso talco, la máquina estaba en una mesita de al lado", etc.
De repente escuché tu voz con un tono diferente. Ya no era el tono curioso, era el tono molesto, enfadado. volteé a verte, ibas a mi izquierda, y pediste que te enseñara el tatuaje ahí, en la calle, donde a veces pasa la gente. No era muy tarde, había salido de hacer ejercicio y tenía en mi cuerpo el sudor seco, me sentí un poco incómoda, pero me causó gracia tu reacción.
Al darle la vuelta a la calle, me dijiste que si alguien más ya me había visto, porqué no mostrártelo. Me pareció muy ilógico tu petición, no a todo el mundo que lo pida lo va a ver. No es para tanto. Pero tú no eras como todo el mundo. Tú eras mi novio, el que me iba a dejar a mi casa para que no fuera a salirme otra vez un cabrón que me quisiera lastimar.
Cuando me di cuenta de que lo que en realidad querías era seguir al siguiente paso, la vía del tren ya estaba de frente.

Seguimos caminando y tus manos estaban un poco nerviosas. Casi temblaban y sudaban un poco, casi imperceptiblemente.
Seguimos platicando de x cosas en el camino, ya en la calle que iba al lado de la vía. Esa calle, que va de subida hacia la casa, tiene del lado derecho las banquetas y las casas, las puertas y los perros; y del lado izquierdo están la vía, el pastito, los árboles de pirú, algunas jacarandas, las piedras. Un paisaje diferenciado sólamente por un borde de pavimento.
Cuando nos acercamos al arbolito más alto, debido a la ubicación de la calle, me abrazaste por detrás, y sentí tu pantalón muy pegado a mis nalgas. Eso me gustó. No estabas excitado, pero mi imaginación está muy desarrollada. me abrazaste tomando mis manos, y sin soltarte, mano con mano, tomé tu mano izquierda y te dije. Aquí está pues. La coloqué en la parte del costado, el gordito de la chiche. acomodé tu mano como de cuchara y tus dedos los abrí para que me sintieras el pezón.
Ya en esos tiempos no usaba brasier. Nunca me han gustado. Además, estaba yo esperando el día que me pidieras avanzar en esos menesteres.
Sentí entonces que ya estabas excitado, porque tu respiración te delataba, además de que el pantalón se sentía más duro. Solté tu mano izquierda y metí la mano dentro de ese pantalón rotito que me gustaba mucho cómo se te veía, y ya estabas duro, como piedra, mojado, palpitante (siempre has dicho que la verga es palpitante, y te robo esas palabras). Solté tu mano derecha y la acomodé dentro de mi pantalón, sentiste mis vellos púbicos, mis labios y que yo también comenzaba a mojarme. Yo quería masturbarte mientras veía tu carita, pero no podía dejar de besarte, y tú estabas concentrado en mi pezón. De repente cambiabas a otro y ya, instalados, parados en la vía, el cachondeo seguía, y seguía y la excitación de ambos, la primera vez que nos tocábamos de esa forma... ah... me estoy mojando de solo acordarme de esto.

Entonces resulta que algún vecino vio siluetas a lo lejos. Y prendió la luz de afuera de su casa, espantándonos y haciéndonos ver que nos estábamos arriesgando en la calle.